contentatecontullamadoHermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó. 1 Corintios 7:24

Todos tenemos un llamado en la vida. Los creyentes sirven a Dios cuando toman estas responsabilidades de todo corazón. Un oficial que gobierna bien sirve a Dios. Una madre que cuida de sus hijos, un padre que va a trabajar y un estudiante que estudia con diligencia son siervos de Dios.

Muchos otros no reparan en este estilo de vida que agrada a Dios porque consideran que el trabajo simple, diario, es insignificante. En lugar de esto, ellos buscan otro trabajo que parece más difícil y terminan desobedeciendo a Dios.

Hacer lo que Dios pide es un signo de sabiduría de lo alto. Dios pide que los creyentes trabajen duro en su llamado sin preocuparse por lo que hacen los demás. Sin embargo, son pocos los que lo hacen. Un poeta que reflexionaba sobre cómo es la gente dijo una vez: “El granjero querría ser tendero, y el tendero querría ser granjero”. Como lo expresa el dicho: “El pasto siempre es más verde del otro lado del cerco”.

Poca gente está satisfecha con su vida. La persona en la banca querría ser parte de la clerecía. El estudiante desearía ser el maestro. El ciudadano quiere ser alcalde. Son pocos los que están contentos con sus llamados. Sin embargo, no hay otra forma de servir a Dios excepto, simplemente, viviendo por la fe, manteniéndose firme al llamado y teniendo una conciencia tranquila.

Martín Lutero, Solo Por Fe – Devocional Diario, 11 de noviembre.