Después de esto, sabiendo Jesús que todo se había ya consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: Tengo sed. Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:28-30

 Esta es la continuación o parte 2 del artículo de la semana pasada. La semana pasada quise enfatizar el amor eterno de Dios hacia nosotros; en esta segunda parte quiero concentrarme en la deidad de Jesús, expuesta en la cruz. No es mi intención que sea un estudio exhaustivo, ni mucho menos, más bien un breve relato con observaciones interesantes.

 Si vemos el principio del versículo 28 notaremos que es la deidad de Cristo en acción. Ahí se lee la frase “después de esto…”, pero ¿qué es “esto”? Se refiere a los versículos anteriores donde, como vimos la semana pasada, Cristo tuvo cuidado de su madre y su discípulo amado. Entonces podríamos decir lo siguiente: “después de haber tenido cuidado de su madre y su discípulo, sabiendo El que todo había sido ya consumado…”

 ¿Ven lo que yo veo? Jesús estaba mostrando su deidad al saber que todo, absolutamente todo había sido cumplido tal como estaba establecido que fuese cumplido hasta ese punto…

 Todo lo que había pasado no era mera casualidad, todo era parte de la providencia divina.

 Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra. Juan 4:34

 Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. Juan 17:4

 El sabía exactamente donde estaba y lo que estaba haciendo, El sabía que ya había cumplido con todo…excepto por 1 escritura.

 Como un tiesto se ha secado mi vigor, y la lengua se me pega al paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte. Salmos 22:15

 Y por comida me dieron hiel, y para mi sed me dieron a beber vinagre. Salmos 69:21

 Impresionantemente Jesús reflejando su deidad y para que se cumpliese la Escritura dijo que tenía sed. Era un grito de agonía física también (se acercaba la novena hora (3 p.m.), ha estado colgado por 6 horas). La combinación de sangre derramada, asfixia, cansancio, dolor, tensión, etc., hace que grite ¡Tengo sed!

 Su sed consuma su sufrimiento físico y con el vinagre moja su boca para que claramente y fuertemente pueda pronunciar sus últimas palabras.

 Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. Juan 19:29

 Era un grito de sed espiritual también (la palabra que El usó, se usa otras 5 veces en Juan, y en todas se refiere a una sed espiritual). Era un gemir por Dios, porque el Padre le había dado la espalda en ese momento. Al llevar los pecados, experimentó por primera vez en toda la eternidad, el horror de estar separado del Padre.

 Dios mío por qué me has desamparado? Marcos 15:34

 Es interesante resaltar que para darle de beber a Jesús usaron un hisopo (un trozo largo de madera con un final como de una brocha pero hecho de plantas), ya que para los judíos era algo especial o significativo.

 El capítulo 12 de Éxodo relata que el ángel de la muerte iba a pasar por cada casa en Egipto, matando a los primogénitos. Ellos debían rociar sangre del cordero pascual con un hisopo en los dinteles de las puertas para que pasara el ángel pasara de largo. Cada vez que ellos veían un hisopo era un recordatorio del sacrificio del cordero pascual.

 ¡Qué obra perfecta de Dios al utilizar esto en la última pascua con el Verdadero Cordero Pascual! ¿Increíble no? Al darle de beber el vinagre se cumplió la última escritura. El sabía todo. ¡El tenía el control de todo! Todo lo que sufrió lo hizo por amor. Todo fue voluntariamente aceptado y soportado por El, para la gloria de su Padre y por el eterno bienestar de su pueblo.

 Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:30

 Este es el clímax.

 Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Juan l0:17-18

 Nadie mató a Jesús, El dio su vida, o más bien la entrego voluntariamente. El completó todo, El controlaba su propia muerte, ¡¡¡eso es Omnipotencia!!!

 ¿Qué quiso decir cuando dijo “consumado es”? Respuesta: “Completo es”. La obra de redención estaba completa, todo lo que la ley de Dios requería había sido cumplido, todas las profecías habían sido cumplidas, la ira de Dios y su justicia había sido satisfechas, la deuda había sido pagada, el pecado y la culpa había sido pagada.

 Lo mejor de todo esto es que Dios recibió toda la gloria, y nosotros la felicidad eterna; la justicia de Dios fue satisfecha y nosotros fuimos reconciliados con El.

 Quiere decir también que nada más podía ser agregado a lo que ya había sido hecho; fue un sacrificio perfecto como sacerdote según el orden de Melquisedec. Hay quienes dicen que se necesitan obras para salvarse o para permanecer salvos…la respuesta es NO. El lo hizo perfecto y lo que garantiza nuestra salvación es que El nos justificó por sus méritos, no por los nuestros. El en ese momento estaba declarando que nada más era necesario, solo basta tener fe y creer para apropiarse de esa salvación, de ese rescate, El lo hizo todo.

 La gloriosa verdad de cuando Jesús dijo “tengo sed” es que no necesitamos estar sedientos; nuestra sed por Dios puede ser satisfecha porque Jesús tuvo sed en lugar de nosotros. Nuestra fe se incrementa y fortalece al saber que Jesús tuvo sed y nos gozamos por poder recibir de El agua viva para satisfacer nuestra sed por toda la eternidad.

 Cristo también se preocupó, se angustió, y es por eso que nuestros corazones no deben angustiarse, porque Él ya lo hizo en nuestro lugar, Él nos entiende y tiene todo bajo control.

 Ahora mi alma se ha angustiado; y qué diré: Padre sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Juan 12:27

 No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mi. Juan 14:1

 Debemos depositar siempre todas nuestras cargas en Él y confiar en Él, ¡Él es suficiente! Debemos agradecerle toda la vida, porque gracias a su amor, El nos dio razón de vivir, nos escogió desde antes de la fundación del mundo y ¡pagó el precio que nosotros debimos haber pagado! Él tiene cuidado aún de los detalles más pequeños y este pasaje es una prueba de esta verdad.

 ¡Adorémosle y démosle gloria por siempre, vivamos en estado de adoración!

 Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. Salmo 63:1

 Josh