Buen día a todos. ¡Qué gusto saludarles! Llegamos al final de esta serie en la que hemos estado hablando por varias semanas acerca de la necesidad que tenemos como cristianos de la familia de la fe, la iglesia, la amada de Cristo.
Si está acá por primera vez y no leyó las 4 partes anteriores puede encontrarlas acá: parte 1; parte 2; parte 3 & parte 4.
5. La familia de la fe te ayuda a evitar que te apartes
Todos pecamos y debemos cuidarnos mutuamente. En la iglesia se nos llama a cuidar los unos de los otros en este sentido también. El escritor de Hebreos nos invita a hacerlo según vemos en el capítulo 3:13 “Antes exhortaos los unos a los otros cada día”.
No podemos pretender vivir la vida cristiana solitarios. Nos necesitamos mutuamente. Querido hermano, si sabes de alguien que está flaqueando espiritualmente debemos buscarle, amarle y apoyarle. Miren la exhortación siguiente en Santiago 5:19 “si alguno de entre vosotros se extravía de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte…”.
Adicional a esto tenemos en la iglesia la protección espiritual de los pastores. Dios ha dado a los pastores la responsabilidad de guardar, proteger, defender y velar por el bienestar espiritual de cada rebaño.
Amado, la Biblia nos llama a ser sujetos, Él ha puesto a cada Pastor para cuidar de cada uno. No se nos llama a cuestionar o criticar sino a obedecer y sujetarnos a su autoridad. Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta…”
Conozco un caso real de un hermano muy lindo en el Señor que desobedeció a su Pastor. Cualquiera podría decir que él tenía la razón, pero el Señor se encargó de mostrar lo contrario. Este hermano tenía una gran pasión por Dios y por los necesitados, especialmente por las pandillas. La pasión fue tal que comenzó a ir a los lugares que los pandilleros frecuentaban y les predicaba, les traía alimentos y demás. Él expuso este hermoso ministerio a su Pastor quién le advirtió que tenía que ser cuidadoso, que había gente que ya lo estaba haciendo y que era mejor que se uniera a estos grupos y que participara mejor así, todo bajo supervisión adecuada. Este hermano pensó que no era correcto lo que su Pastor le indicó así que decidió seguir por su cuenta y dejó de asistir a la iglesia, decidiendo estar sin cobertura. Meses después fue noticia que su auto apareció con cientos impactos de bala y él se encontraba dentro de su auto, muerto.
Caso más palpable que este de las consecuencias de no someterse a los Pastores no puede haber. Amados, no nos equivoquemos. La iglesia es de Cristo. Los Pastores son puestos por Dios para cuidar de cada uno, no pretendamos que sabemos más, dejémonos guiar y dejemos todo en mano del Señor. En la iglesia seremos cubiertos y cuidados y participaremos en cubrir y cuidar de otros también.
Charles H. Spurgeon dijo alguna vez que la iglesia es “…el lugar más preciado de la tierra”. Cuando comprendamos lo que la iglesia es para Cristo, estoy seguro que nuestra visión, sentido de pertenencia y amor por los demás cambiará.
Dios quiere que amemos a personas reales, no ideales. “ …la Iglesia no es una institución para personas perfectas, sino un santuario para los pecadores salvos por gracia, que, a pesar de que son salvos, siguen siendo pecadores y necesitan toda la ayuda que puedan obtener de…sus hermanos en la fe. La Iglesia es la guardería para los niños débiles de Dios, donde se alimentan y crecen fuertes. Es el redil de las ovejas de Cristo – el hogar de la familia de Cristo.” – Spurgeon, 5 abril, 1891
Puedes buscar la iglesia perfecta toda tu vida pero nunca la encontrarás. “…es solo cuando usted y yo rechazamos el egoísmo, la independencia orgullosa y el espíritu crítico que la belleza de la iglesia local entra en foco. Entonces veremos que comprometernos con una iglesia no es una carga, sino un regalo y una necesidad. No nos ata. Nos provee de un ancla en la tormenta de la vida. Y hasta sus defectos se convierten en oportunidades para que la amemos y sirvamos.” – Joshua Harris en su libro “Deje De Coquetear Con La Iglesia”.
Él nos llama a amarnos mutuamente tal como somos…así como Él nos amó. 2 Cor.8:1-5 “Ahora, hermanos, os damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia; 2 pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. 3 Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aún más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, 4 suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos; 5 y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.”
Amémonos los unos a los otros, amemos la iglesia, el cuerpo de Cristo, su amada. No importa nuestras diferencias, lo que importa es Cristo, su Cruz y ese evangelio de la gracia glorioso si el cuál nada soy y nada tengo.
Un abrazo hermano,
Josh
P.D. ¿Ya viste el libro recomendado de la semana? No te lo pierdas aquí.
Excelente Josh. Sigue dejando que la sabiduría de Dios se haga presente en cada escrito tuyo, y en tu vida personal. Dios siga iluminando tu camino, para que seas luz a tantos otros. Bendiciones
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Gracias Gaby por tus palabras. Querido hermano, que el Señor te bendiga a tí y a Ale. Un gran abrazo a ambos!
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