¡Buenos días! Hoy continuamos con la serie «Saboreando a Jesús». Hoy veremos a la iglesia de Laodicea y cómo se reveló Cristo a ellos.
Si no leíste las primeras 7 partes, puedes hacerlo acá: Introducción / Éfeso / Esmirna / Pérgamo / Tiatira / Sardis / Filadelfia.
VII – CRISTO PRESENTADO A LA IGLESIA DE LAODICEA
“El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios…”
Apocalipsis 3:14
A) EL AMÉN
La literatura Bíblica suele usar esta palabra para denotar que algo es digno de confianza, que es cierto o veraz.[1] Todo pacto, promesa o bendición tiene su cumplimiento en Cristo[2]: “Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí; por eso también por medio de Él, Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros.”[3] Dios no cambia y como hemos visto en otras descripciones, Él es verdad y cumple sus promesas; es algo intrínseco de su ser. Dice el teólogo M. Henry que Él es “…uno que es firme e incambiable en todos sus propósitos y promesas…” ¡Qué verdades más profundas y llenas de riqueza para sus hijos! ¡Cómo puede una sola palabra (amén) implicar tanto en Cristo! ¡Gloriosa verdad, sublime gracia!
B) EL TESTIGO FIEL Y VERDADERO
Esta segunda descripción amplía con un adjetivo más la descripción (parte de ella) que se detalla en Apocalipsis 1:5. Le agrega la palabra “verdadero”; nada más y nada menos que eso. No solo es fiel sino que es verdadero; no es falso, no es mentiroso. Es verdadero y es la Verdad. Es el único camino; la única fuente de vida.
Esta descripción de Cristo deja en claro que su mensaje debe y puede ser recibido y creído.[4] No hay duda al respecto. Timoteo nos aclara un poco más: “Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato”[5] Él dio testimonio hasta la muerte[6]; fue un testigo perfecto, Él dio fe de sí mismo y de su Padre.
Cristo quiere que seamos “…testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”[7] Esto quería de los lectores originales así como de nosotros[8]. Que demos fe de lo que hemos visto, oído y experimentado. Miren lo que nos revela Apocalipsis más adelante: “Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte.”[9] También lo vemos acá: “También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años.”[10]
¡Qué grande reto tenemos por delante y que gran legado nos dejó Cristo! Él nos dio el ejemplo, estableció el estándar y debemos estar dispuestos a todo por Cristo.
C) EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN DE DIOS
Él es el primero y el postrero como vimos antes. Él es el iniciador de todo, el Creador de todo cuánto existe. En Juan 1:3 se nos aclara un poco más este concepto: “Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
Él es las primicias, el “…primogénito de los muertos…”[11], es decir de “…todos los que han sido o serán resucitados de los muertos, Él tiene la preeminencia absoluta y es el único heredero por derecho propio.”[12] Cristo es eterno, no tiene principio ni final, Él es soberano. Esta es nuestra confianza, que así como Él resucitó nosotros también resucitaremos en Él y estaremos con Él por toda la eternidad.
Continuará…
Josh
#uneteLA
—————————————————
[1] MacArthur, John. La Biblia De Estudio MacArthur, p. 1852.
[2] MacArthur, John. La Biblia De Estudio MacArthur, p. 1852.
[3] 2 Corintios 1:20.
[4] Henry, Matthew. Comentario Bíblico. https://www.biblegateway.com/passage/?search=Apocalipsis%203&version=LBLA#, 20 de enero, 2014.
[5] 1 Timoteo 6:13.
[6] Crossway Bibles. ESV Study Bible, p. 2463.
[7] Hechos 1:8b.
[8] Crossway Bibles. ESV Study Bible, p. 2463.
[9] Apocalipsis 12:11.
[10] Apocalipsis 20:4.
[11] Apocalipsis 1:5.
[12] MacArthur, John. La Biblia De Estudio MacArthur, p. 1847.