¿Cómo evitar el abuso en nuestras relaciones?

CRISTO, EL CENTRO DE NUESTRAS VIDAS

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Colosenses 3:17

Cristo debe ser el centro de todo en nuestra vida. Él es el Rey que vive por los siglos y permanece para siempre. Él es el incomparable Salvador, nuestro Redentor, nuestro Creador y nuestro Ayudador. Él merece toda la gloria y merece que hagamos todo para la gloria de su nombre, para que su nombre sea exaltado por sobre todo y que podamos reflejar su gloria en todo lo que hagamos.

Si vivimos nuestras vidas de esta manera estaremos construyendo relaciones que dan gloria a Dios ya que buscaremos darnos por el otro en lugar de beneficiarnos del otro; querremos ayudarnos mutuamente y tratarnos con respeto, considerando a nuestro prójimo como superior a nosotros mismos. No exigiremos nada, porque no habrá orgullo en nosotros sino que buscaremos servir y dar.

Esta manera de vivir garantiza que tanto esposos como hijos como vecinos como maestros, etc. buscarán lo mejor para su contraparte y que Dios será exaltado en ello. Esto hace que nos despojemos de cualquier envilecimiento personal o auto-exaltación y que miremos hacia arriba, reconociendo que no hay nombre más alto ni autoridad superior sino que Cristo. ¡Qué mejor manera de vivir, que buscar darle la gloria a Dios en todo cuanto hacemos! ¡Cómo serán transformadas nuestras vidas y relaciones interpersonales cuando pongamos en práctica esta gran verdad!

EL RESPETO Y LOS LÍMITES

“Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera.” Lucas 6:31

Hay principios universales como el que dice que el derecho de una persona termina donde empieza el del prójimo.[1] Creo que no hay lugar a segundas ni terceras interpretaciones. Es en demasía claro. No puedo saltarme los derechos del otro con el pretexto de que vivimos en un país libre y que yo tengo derechos. Debo respetar a las personas, a mi prójimo. Debemos enseñar esto a nuestros pequeños, a nuestra familia, debemos modelarles para que sea congruente lo que pretendemos enseñar; otrora, valdrá más lo que hacemos que lo que les decimos.

Existen normas de convivencia que a uno le enseñan desde pequeño, donde uno aprende a comportarse en público, en privado, con diferentes tipos de personas, en diferentes eventos o situaciones. Hay normas respecto a cómo se debe vestir para cada ocasión, qué cubiertos se tienen que utilizar a la hora de comer, y cómo se debe saludar a las personas. Muchas de estas cosas las aprendí yo estando chico en una materia del colegio llamada “Moral y Cívica”. Tal parece que la juventud de hoy en día no recibió cursos de estos; sin embargo es en el hogar donde estos valores y principios se aprenden más y mucho mejor que en aula de escuela. He ahí la importancia de modelar y de ser una guía para nuestros hijos y familia entera.

La Biblia va un paso más allá, da claramente la milla extra cuando dice que consideremos a nuestro prójimo como superior a nosotros mismos[2]. Esto demuestra la superioridad de la ley y preceptos de Dios respecto de la de los humanos. Es claramente más sabia, superior y categórica. Debemos promover esto dentro del núcleo de nuestra familia y dentro del círculo o círculos de influencia que tengamos, para que la gracia de Dios fluya en medio nuestro y que tengamos relaciones interpersonales agradables a Él, tratándonos con respeto y procurando vivir en paz los unos con los otros.

Continuará…

Josh

@josh0606

#uneteLA #NuevaReforma

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[1] Revistajuridicaonline.com

[2] Fil.2:3