¿Cómo evitar el abuso en nuestras relaciones?

LOS ROLES BÍBLICOS DE FEMININIDAD Y MASCULINIDAD

“Ahora bien, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las esposas deben someterse en todo a sus maridos. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” Efesios 5:24-25

Dios nos hizo diferentes al hombre y a la mujer en muchas maneras. Somos diferentes físicamente, diferentes en el manejo de las emociones o diferentes en cuánto a gustos. El hecho que seamos diferentes enriquece la unión entre el hombre y  la mujer. Él no nos hizo rivales ni sustitutos sino complementarios. Esto quiere decir que ambos se complementan para llegar a ser uno. Cada uno tiene roles diferentes y cada uno es igual de valioso ante Dios y cada uno es su rol diseñado por Dios debe sentirse honrado y privilegiado y tratar de llevar mucha gloria a Dios a través del mismo.

Dios quiso que el rol del hombre fuera ser la cabeza, el proveedor y el protector de la mujer. Asimismo, quiso que la mujer fuese sujeta a su esposo; cuidando del hogar y de su familia. Ningún rol es superior, ambos son en demasía hermosos. El pecado hace que los roles se degeneren y que las personas vayan rivalizando y compitiendo y pisoteando los derechos del otro, etc. Dios le pido al hombre amar a su esposa, cuidarla y guiarla y le pide a la esposa que sea sujeta a su esposo, claro está que el esposo está sometido a Cristo, así que no hay escapatoria ni despotismo posible, porque el hombre debe rendir cuentas a Dios.

Debemos procurar modelar esto a nuestros hijos, enseñarles los roles desde pequeños, que ellos comprendan y lo vivan en carne propia. Que ellos deseen tratar así a sus esposas y ser tratadas así por sus esposos. Si no damos el ejemplo según el mandamiento divino, ¿cómo pretendemos que ellos hagan algo diferente a lo que la sociedad les invita a hacer a cada momento?

Los doctores Piper y Grudem describieron muy bien cada uno de los roles, a saber: “En el corazón de la masculinidad madura se encuentra un sentido de responsabilidad benevolente para guiar, proveer y proteger a la mujer…” y “En el corazón de la femineidad madura se encuentra una disposición libertadora para afirmar, recibir, y apoyar la fortaleza y liderazgo de un hombre digno…”[1].

LA CONFESIÓN / LA RENDICIÓN DE CUENTAS

“Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados…” Santiago 5:16

¡Qué importante es la rendición mutua de cuentas! Esto es algo que muchas veces se deja de lado dentro del pueblo evangélico y es algo que tiene mucho valor, mucha utilidad  y puede y debe ser usado como un medio de gracia. Se debe rendir cuentas a alguien que sea superior espiritualmente y donde pueda haber transparencia y donde se pueda velar por uno.

Lo ideal es motivar a que cada uno tenga un mentor, a fin de que vele siempre y a diario por cada uno. Esto es algo que se debe estimular, promover y modelar. Si le enseñamos a nuestros hijos a hacer esto desde pequeños, será más fácil detectar rápido cualquier problema que ellos tengan y estarán cubiertos y protegidos de ellos mismos y de que quedarse relegados o aislados y que el enemigo aproveche esa situación.

Continuará…

Josh

@josh0606

#uneteLA #NuevaReforma

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[1] Piper, John and Grudem, Wayne. Recovering Biblical Manhood and Womanhood, P.29 [traducción del autor del presente ensayo]